En The Atlantic CityLab, Is This Crazy Chair the Future of Air Travel? ,
Esta especie de complejo instrumento de tortura convenientemente apodado «el asiento que abraza» funciona de este modo: el pasajero recibe una mochila que se abre y tiene unos partes acolchadas que quedan a la altura del pecho y de la cara. Se sujeta a dos correas que cuelgan en la parte superior del asiento de tal modo que el pasajero deja caer el peso del cuerpo sobre la parte acolchada y ya puede empezar a soñar. El plato fuerte del invento es el agujero en el colchón que sujeta la cabeza, igual que en las colchonetas para masajes, que permite que el pasajero pueda, ya sabes, respirar.
La idea es dormir en la estrechez del asiento del avión sin romperse el cuello y sin chorrearse de mala manera en el pasajero de al lado. Siempre que no seas demasiado aprensivo como para meter la cara ahí, claro.
Si se utiliza junto con este accesorio para «esconderse» del resto de pasajeros del avión se consigue una experiencia surrealista completa.
De este modo el pasajero de delante no te romperá las rodillas al reclinar su asiento y en cambio te pegará con el respaldo de su asiento directamente en la cabeza, proporcionando una muerte menos dolorosa.
La invento es una patente de Boeing, lo cual no significa que necesariamente vayamos a verlo en acción. A este respecto, Boeing ni sabe ni contesta.
- Cómo impedir que el pasajero de delante recline su asiento en el avión
- Un accesorio para «esconderse» del resto de pasajeros del avión
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