Si se hubiera inventado antes el móvil que el fijo, a colgar se llamaría apagar, salvo que el fuego se hubiera inventado después.
via Microsiervos http://www.microsiervos.com/archivo/frases-citas/off.html
Si se hubiera inventado antes el móvil que el fijo, a colgar se llamaría apagar, salvo que el fuego se hubiera inventado después.
En 1952 ser homosexual era un delito en el Reino Unido, y lo siguió siendo hasta 1967 en Inglaterra y Gales; en Escocia no dejó de serlo hasta 1980 y en Irlanda del Norte hasta 1982.
Alan Turing, el mismo Alan Turing que contribuyó enormemente a romper los códigos secretos de la Alemania nazi durante la segunda guerra mundial, fue condenado ese mismo año por ser homosexual, lo que le llevó a aceptar una sentencia de libertad vigilada y un castramiento químico para no tener que ir a la cárcel.
También supuso que se revocaran todos sus privilegios para trabajar en asuntos que requirieran acceso a material reservado o secreto, por lo que dejó de poder trabajar en el desarrollo de ordenadores o cualquier trabajo relacionado con la criptografía.
Se suicidó dos años después, quizás influido por todo eso.
En 2009 el entonces Primer Ministro Gordon Brown publicó una disculpa a Alan Turing en la que lamentaba el tratamiento recibido por este, pero en el que además mencionaba específicamente los otros miles de hombres condenados bajo la misma ley, algo que me pareció estupendo:
Aunque Turing fue procesado según las leyes vigentes en la época y no podemos hacer retroceder el tiempo, el tratamiento que recibió fue por supuesto absolutamente injusto y me satisface tener la oportunidad de decir cuán profundamente apesadumbrado estoy y estamos todos por lo que le ocurrió. Alan y los otros miles de hombres gay que fueron condenados tal y como él lo fue bajo leyes homofóbicas fueron tratados de manera terrible. A lo largo de los años millones más vivieron con el miedo de ser condenados.
Y hace unos días la reina Isabel iba un paso más allá, indultándolo, tal y como se puede leer en Alan Turing recibe el indulto póstumo .
Pero sin embargo, en esta ocasión me parece una decisión equivocada, ya que Turing recibe ese indulto por haber sido famoso, pero quedan fuera esos miles de hombres –y quizás alguna que otra mujer– que fueron condenados también bajo esa ley injusta, hayan contribuido o no al fina de la segunda guerra mundial.
Lo verdaderamente genial habría sido que anularan todas estas condenas.
Este año escribí literalmente cientos de anotaciones; así que no ha sido fácil hacer esta selección, pero ahí está: las cinco historias que más disfruté escribiendo en este blog, ordenadas cronológicamente:
La megafactoría de Lego (y la Casa de la cascada de Frank Lloyd Wright) . Una historia que combina la arquitectura de la emblemática vivienda diseñada por Frank Lloyd Wright y su versión como construcción de Lego, así como algo sobre el proceso de fabricación de alta precisión de estas piezas.
«¿Pero qué coño es el botón SCE y dónde está?» . La historia del chaval de 26 años que salvo la misión Apolo 12. La increíble historia de cómo un ingeniero nerd y gafotas de 26 años salvó el culo a los astronautas de la misión Apolo 12
La curiosa historia del récord de velocidad del viento . Tradicionalmente se consideraba que fueron los 372 kilómetros por hora alcanzados en el Monte Washington de New Hampshire (Estados Unidos) en 1934, pero recientemente se descubrió que en realidad una estación de registro automático de la Isla Barrow, en Australia marcó 408 kilómetros por hora en 1996.
Intempo: el extraño caso del rascacielos que no tenía pero sí tenía ascensores hasta la última planta . Sobre la investigación de un bulo que se extendió este verano en periódicos y noticieros, incluso a nivel internacional, acerca del más alto rascacielos de Benidorm, en el que supuestamente los arquitectos «no habían tenido en cuenta el hueco del ascensor». [Tenía su inauguración prevista para 2013, pero de momento, nada.]
La conferencia definitiva sobre el Commodore 64 . Esta anotación más que disfrutar escribiéndola la disfruté viendo el vídeo: porque si tuviste la suerte de vivir «a fondo» la época del C-64 revivir aquello en 64 minutos y 256 «diapositivas» es sinceramente impresionante, por la profundidad y la «aparentemente simplicidad» de cómo funcionaban el hardware y software de la época y las maravillas que podía hacerse con ellos.
En 1742 Celsius situó los 0 ºC en el punto de ebullición y los 100 ºC en el punto de congelación. Sí, sí, lo ha leído bien. La escala era invertida respecto a la actual para que no aparecieran temperaturas negativas en invierno. A pesar de conservar el nombre de escala Celsius , la escala que actualmente se utiliza en gran parte del mundo con el 0 en el punto de congelación y los 100 en el de ebullición se debe a Linnaeus [Fuente: El tiempo visto desde el cielo]
Lo que comenzó como un WTF cuando hace unos días me encontré con unos filtros Reticare que, según dicen, protegen de la «luz tóxica», ha estado a punto de convertirse en una nueva demostración del efecto Streisand.
Y es que tal y como se puede leer en Reticare (II): Intentan censurar este blog la empresa que las fabrica ha intentado que en Ocularis retiren un artículo en el que se desmontan las supuestas ventajas de ese producto.
Se trata de Reticare: mentiras y negocio, que por cierto es el mismo artículo que leí yo antes de publicar el WTF, no fuera a ser que eso de la luz tóxica existiera y se me hubiera pasado, artículo que se resume en un párrafo:
(…) Los ojos trabajan con luz, necesitan la luz para ejercer su función. Es un órgano que está expuesto a la radiación solar en todos los animales, incluidos nosotros. La evolución ha ido adaptando y modificando el órgano para que no se deteriore, como es fácil de suponer.
No se ha demostrado que una exposición normal a la luz solar sea perjudicial, y no se ha demostrado que ninguna protección o barrera prevenga de enfermedades oculares. No se ha demostrado que se produzca un deterioro de la retina debido a la luz visible más energética (luz azul), y no se ha demostrado que filtrando esta luz azul prevengamos de daños en la retina.
Por otra parte, la luz solar es más intensa y energética que la luz artificial que se originan en pantallas LED. Si con la dosis más alta los filtros no son útiles, con la dosis más baja, la plausibilidad es incluso menor (…)
Por lo que hemos podido ver la solicitud de Reticare se basa en cómo contaba las cosas el autor en el artículo en cuestión y no en lo que contaba. Este, aconsejado por su abogado, ha procedido a retirar algunas expresiones jocosas que había en el el artículo como muestra de buena voluntad, aunque sin modificar para nada el sentido del artículo ni, mucho menos, retirarlo como le pedían.
Arturo Quirantes, el Profe de Física, abunda sobre el tema en Informe Pelícano: Reticare y la luz tóxica, donde aparte de mencionar el intento de Reticare de que se retire el artículo de Ocularis desgrana los errores que hay en los estudios y fundamentos científicos que menciona esta empresa en su web y su intento de hacer pasar como significativos resultados que no lo son.
Claro que en un país en el que la homeopatía está a punto de recibir el visto bueno oficial del Ministerio de Sanidad aún cuando no hay evidencia científica alguna que lo justifique no es ninguna sorpresa que otro productos de dudosa eficacia se puedan permitir hacer afirmaciones sobre nuestra salud ocular.
El autor de Ocularis tiene claro que no va a retirar ninguno de los artículos:
Creo que escribir y difundir estos artículos es una actividad cívica y solidaria. Me lo tomo casi como una obligación; si tienes los conocimientos suficientes para desmantelar estas falsedades, creo que debes hacerlo. Pero no sólo podemos colaborar los que nos dedicamos a salud, o los científicos en general: cualquiera de nosotros puede difundir, enlazar y propagar esta «otra versión.»
Si en Reticare las tuvieran todas consigo no intentarían conseguir la retirada de ningún artículo. Afirmar como hacen que existe algo llamado «luz tóxica» y que «afecta especialmente a los niños» es una afirmación extraordinaria. Y afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias por parte de quien las hace. Deben demostrarse con datos. Y esos mismos datos servirían para desmontar las afirmaciones que dicen que su producto no sirve para nada (lo cual no parece que sea el caso).
Es así de sencillo. Y de complicado, porque los datos son los datos, se ponga uno como se ponga.