Esta pasada noche Rocket Lab ha sufrido el primer fallo de un cohete Electrón desde su entrada en servicio. En concreto era el Electrón número 13 que lanzaban, lo que no deja de ser una lamentable coincidencia.
Todo fue bien durante los primeros minutos del lanzamiento. De hecho todo fue bien hasta unos minutos después del separamiento de la primera y la segunda etapas. Pero a los 5:40 del despegue la imagen de vídeo se quedó congelada, lo que no tendría que ser un problema per se. Sin embargo poco después de los seis minutos la altitud del cohete, tras alcanzar un máximo de 192,8 kilómetros, comenzó a descender sin parar, algo que definitivamente no quieres ver en el lanzamiento de un cohete.
En un principio Rocket Lab dijo que se había perdido la señal de vídeo pero que seguían recibiendo telemetría delcohete, así que seguirían dando actualizaciones a través de sus redes sociales. Pero poco después tuiteaban reonociendo que habían perdido el cohete y su carga útil.
En este caso se trataba del CE-SAT 1B de Canon, el Faraday 1 de In-Space Missions y cinco Flock-4e de Planet Labs. Como seis de los siete satélites que iban a bordo estaban destinados a obtener imágenes de nuestro planeta el cohete había sido bautizado Pics Or It Dind't Happen (Fotos o no pasó).
No está clara todavía la causa del fallo pero se especula con que ha podido tener que ver con un fallo en el cambio de las baterías de la segunda etapa del cohete. El Electrón, a diferencia de otros cohetes que usa turbobombas impulsadas por gas para mover los propelentes de los depósitos al motor, usa turbobombas eléctricas. Y un truco que usa es que cuando las dos primeras baterías se agotan las expulsa para ahorrar peso. Claro que antes ha de activar una tercera batería que es la que se encarga de mover los propelentes hasta la separación de la tercera etapa. Pero sin batería no hay flujo de propelentes, luego no hay motor en funcionamiento, luego no hay empuje.
Es la primera vez que falla el lanzamiento de un Electrón por un fallo del cohete. Hasta ahora sólo el primer Electrón, lanzado el 25 de mayo de 2017, había fallado a la hora de entrar en órbita. Pero fue por un fallo en la configuración de los equipos de tierra, no por un fallo del cohete. De hecho no huno que hacer ningún cambio en el cohete para el segundo lanzamiento, que se llevó a cabo sin problemas el 21 de enero de 2018.
A Rocket Lab le toca ahora investigar qué ha pasado e implementar los cambios que sean necesarios. Y aunque poner cohetes en órbita diste de ser rutinario este fallo llega en un momento en el que la empresa estaba en un momento realmente dulce: con un lanzamiento con éxito tras otro y dos nuevas plataformas de lanzamiento a punto de entrar en servicio y superada la interrupción causada por el coronavirus su intención era mantener un ritmo de un lanzamiento al mes durante el resto de 2020 y el principio de 2021 pero ya no va a poder ser.
En cualquier caso es una de las empresas que está revolucionando el acceso al espacio con lanzamientos frecuentes y con poco tiempo de espera.
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